Es el más conocido de los seudónimos que
se le dieron a un asesino en serie no identificado que cometió varios crímenes
en 1888, principalmente en el distrito de Whitechapel, en Londres —así como en
las áreas empobrecidas de los alrededores—. El apodo se originó de una carta
escrita por alguien que se adjudicaba los asesinatos bajo este seudónimo, y
como resultado de su difusión por los medios de comunicación, ese nombre pasó a
ser conocido por la sociedad en general. A pesar de ello, varias fuentes
consideran que el documento se trata realmente de una broma elaborada por algún
periodista, en un intento de aumentar el interés en la historia y, al mismo
tiempo, armar un escándalo. Las cinco víctimas canónicas del Destripador son
Mary
Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane
Kelly.
El cuerpo de la primera fue descubierto alrededor de las 3:40 a.m. del
día viernes 31 de agosto de 1888 en Buck's Row (calle Durward en 2010),
Whitechapel. Su garganta había sido seccionada profundamente por dos cortes,
mientras que la parte inferior del abdomen se hallaba parcialmente desgarrada
por una herida profunda e irregular. Muchas otras de las incisiones en la
región abdominal fueron hechas con el mismo cuchillo. A finales de octubre,
Robert Anderson pidió al médico de la policía, Thomas Bond, su opinión sobre
las habilidades y conocimientos quirúrgicos del asesino. La opinión ofrecida
por Bond sobre el personaje conocido como el «asesino de Whitechapel» es considerada
como el primer perfil criminal de la historia que aún se conserva: No dudo que
los cinco asesinatos fueron cometidos por la misma mano. En los primeros cuatro
las gargantas parecieran haber sido cortadas de izquierda a derecha, mientras
que en el último caso, debido a la considerable mutilación, es imposible
señalar en qué dirección se hizo la cortada, aunque se hallaron rastros de la
sangre arterial sobre la pared en forma de salpicaduras, muy cerca de donde la
cabeza de la mujer debió haber estado.
Todas las circunstancias en torno a los asesinatos me llevan a deducir que las
mujeres fueron asesinadas cuando se encontraban recostadas y, en todos los
casos, la garganta fue cortada en primer lugar.
El asesino, en su apariencia externa, es muy probable que sea de aspecto
inofensivo. Un hombre de mediana edad, bien arreglado y de aire respetable.
Puede tener el hábito de llevar capa o abrigo porque si no, la sangre de sus
manos y ropas hubiera llamado la atención a los viandantes.
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